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El Tesoro de Dardo Rocha

Cualquier platense sabe dónde queda el Dardo Rocha, y casi cualquiera sabe que la persona homenajeada por ese edificio fue el fundador de la ciudad de La Plata. Empero, casi todos desconocen los manuscritos perdidos (hasta hace una década) de Dardo Rocha. Muchos de ellos abordan, naturalmente, cuestiones de francmasonería que el autor nunca quiso publicar, pero que sí tuvo intenciones de compartirlas post mortem con los miembros de su logia. Por razones desconocidas, los manuscritos no fueron hallados por sus supuestos destinatarios (ni por nadie más), hasta que un empleado de la Biblioteca de la UNLP los encontró, por mera casualidad (y mucho fisgonear), dentro de unos cajones abandonados que se encontraban en un depósito en desuso. Sin dudas, el más intrigante de ellos, es el que a continuación se detalla. Para completar la lectura, usted deberá ir respondiendo correctamente a los acertijos que se le irán presentando.

A los queridos sucesores de la Constancia Nº 7: es de mi más alto agrado legarles una misión: recuperar aquello que vuestra generación, o la siguiente, echará en falta, y que deberá restaurar si quiere ver a su tierra en paz.

Para comodidad de todas las partes involucradas, para representar simbólicamente esa carencia futura, elegí un punto ubicado en nuestra luminosa Atenas de América. Sin embargo, no corresponde develar las coordenadas exactas sin antes verificar la identidad de quien llegara a leer estas palabras. Por este motivo, las coordenadas están cifradas, al modo en que una allium cepa se conserva a sí misma. Cuando develen las coordenadas, descubrirán el lugar y el mesaje que lleva oculto.

Par 1

La cantidad de cuadras entre plazas es un número perfecto. El primer elemento es igual al doble de ese número.

Sea n el número perfecto anterior. El segundo elemento es la suma entre n y el mayor número que aparece en el renglón n del triángulo de Pascal.